PARÍS ERA UNA FIESTA
La semana pasada quería estar en ÁFRICA , recorrerme el continente, internarme en sus laberínticos caminos que siempre enseñan el mismo paisaje: sol, sabana, acribillamiento de luz, arena, acacias casuales... Puede que de repente un bosque, un río... Pero hoy quiero estar en París, de nuevo en esa ciudad: -Pero, Tatie, tienes que ir a pagar esta misma tarde -dijo ella- aunque no tengamos dinero. -Claro que voy a ir -dije-. Iremos juntos. Y luego pasearemos por el río siguiendo los muelles. -Iremos por la Rue de Seine y entraremos en todas las exposiciones y miraremos todos los escaparates. -Estupendo, podemos ir a cualquier parte y meternos en un café donde nadie nos conozca y nos tomamos una copa. -Podemos tomar dos copas. -Entonces también podemos cenar en alguna parte. -Eso no. No olvides que hay que pagar en la librería. -Bueno, volvereremos y cenaremos aquí y tendremos una buena cena y para beber compraremos vino de ése de la cooperativa de enfrente. Y luego leeremos un rato, y