LAS ILUSIONES PERDIDAS

No hay ilusiones perdidas, todas son nuevas, metidas en mi mano, apretadas contra mis líneas del destino. Todas son mías, repito, a un gesto de cumplirse o romperse como cristales al toparse con la realidad.
Mucha gente las tiene, algunos a la vista, otros imperceptibles ya en el horizonte de sus sueños, son como un sol que se hunde fatigado por el día, por el horario de ocho horas, o los momentos de rutina cruel donde danzan los hijos, los maridos, mujeres y casas con su corte de obligaciones, o quizás las tengan reunidas todas en un Bar, alojadas tras la barra para que una sonriente camarera se las vaya sirviendo con cada vaso de coñac.
Todas están aquí, sudando en mi mano que no las suelta y las aprieta hasta hacerlas jadear como animalillos porque mis ilusiones no están en un número vendido con un pretexto de Navidad, no rezo ante esa combinación de dígitos para que amortiguen mis dolores en este mundo con sus mullidas formas millonarias.
Mis ilusiones las creé yo, no el Estado. Mis ilusiones las reparte mi trabajo, no la suerte. En ellas sólo trabajamos yo y mi talento. Si las pierdo, sólo yo las habré perdido y sólo yo podré decir que tengo ilusiones, ilusiones perdidas.
Mucha gente las tiene, algunos a la vista, otros imperceptibles ya en el horizonte de sus sueños, son como un sol que se hunde fatigado por el día, por el horario de ocho horas, o los momentos de rutina cruel donde danzan los hijos, los maridos, mujeres y casas con su corte de obligaciones, o quizás las tengan reunidas todas en un Bar, alojadas tras la barra para que una sonriente camarera se las vaya sirviendo con cada vaso de coñac.
Todas están aquí, sudando en mi mano que no las suelta y las aprieta hasta hacerlas jadear como animalillos porque mis ilusiones no están en un número vendido con un pretexto de Navidad, no rezo ante esa combinación de dígitos para que amortiguen mis dolores en este mundo con sus mullidas formas millonarias.
Mis ilusiones las creé yo, no el Estado. Mis ilusiones las reparte mi trabajo, no la suerte. En ellas sólo trabajamos yo y mi talento. Si las pierdo, sólo yo las habré perdido y sólo yo podré decir que tengo ilusiones, ilusiones perdidas.
Comentarios
buenas letras!
gracias por compartilras!
saludos!
Persio
www.ringoeralamorsa.blogspot.com
Bye
feliz navidad...!
Saludos, sin mayúsculas.
Para mi, la ilusión de poder volver a escribir con este teclado tras una estancia en un recinto hospitalario... ya me doy por satisfecho... no era tan difícil hacer feliz a un tonto...
Un beso y gracias por tu interés, Lynn. Nos vemos en el chiringuito que no ha chapado ni chapará.
Saludos