EL CUENTO DEL PERSONAJE, SEGUNDA PARTE

Una chiquilla, con miras de mujer, parapetada en su mesa de secretaria me dirigió un “Buenos días caballero” y yo presto le relaté cómo un prepotente autor había cercenado mi futuro de personaje novelesco.
-Entonces...¿usted? –dijo dubitativa cuando terminé mi discurso- usted quiere que otro autor se ocupe de su historia –anunció finalmente victoriosa pensando que había dado en el quid de la cuestión.
-Señorita míreme, observe a este ejemplar literario, a esta faz compleja y a estos atuendos sin par. ¿Cree usted seriamente que cuatro páginas pueden condensar todo el genio de mi persona? Eso es raquítico, tercermundista y ultrajante para alguien que es literatura en estado puro. ¿Se imagina usted a Don Quijote teniendo que desarrollar su locura caballeresca en tan sólo cuatro páginas? No, ¿verdad? Pues no permita que frustren a un personaje como yo reduciéndole a unas efímeras páginas.
La niñita me miró asombrada, cabizbaja y turbada ante la idea de un Quijote deambulando como un preso entre las cuatro páginas de un cuento. En su mente se dibujaba un Quijote exprés, escaso en retórica y obcecado en la aniquilación del enemigo sin ni siquiera presentarse o darle oportunidad de rendición. Demasiado breve, demasiado simplón, habría que despojarle del Don y reducirle a simple “fumeta” emperrado con los molinos de viento.
Así que con aquellos pensamientos aterrándole la mente me invitó a seguir ascendiendo por el entramado burocrático del Registro.
Subí la escalera del edificio que seguía sin almas, sin pasajeros, sin público, sin clientes ni autores reclamando exclusivas sobre personajes e historias. Sólo andaba yo acuciado por mi dignidad entre aquellos silencios marmóreos. Finalmente, otra mesa y otro sujeto se entrevieron. Alguien decrépito, con los años aposentados en cada centímetro de su piel, y con un preocupante hilo de voz me habló:
-Bien, lo suyo debe... de ser “graaaa-ve” ya que Marieta ...(toses, toses y más toses como si fueran el último quejido del mundo) le ha dejado pasar.
Por unos momentos creí que se iba a morir, que sus ojos se quedarían fijos en mí, atrapando mi imagen entre sus pupilas muertas y que ,desde la eternidad de su descanso, desgranaría los detalles de mi fisonomía. Me estremecí, pero el hombrecillo logró superar aquel amago de muerte que durante unos instantes noté sobreviniéndole, y le relaté mi problema.
-De modo... –dijo el vejete achacoso- que es usted un “ego... (esta vez un solo tosido pero amplio y emitido desde las entrañas) ..céntrico”.
-¿Egocéntrico? -repetí yo tratando de entender- No, no, creo que usted no ha comprendido mi situación. Quizás no me haya oído, lo cual es normal dada su edad. Mire, le pondré un ejemplo, ¿se imagina usted a Ana Karenina en cuatro folios?
El anciano se lo imaginó, se representó aquel trágico amor corriéndose un “esprint” de primeros encuentros, besos, estaciones de trenes, Rusia campesina y sucesos aciagos. Ese pensamiento le agotó, extenuó su carrocería centenaria y se quedó allí aterrado ante la visión de aquellas cuatro páginas cercenadoras.
Yo, sin más miramientos, proseguí mi camino dispuesto a subir al siguiente piso.
Comentarios
Y lo rápido que acabamos todos siendo reducidos a cuatro folios.
Lo poco que tardamos en hacer una definición del tipo que tenemos ahí delante...
Me ha hecho reír.
Un beso y gracias.
A dormir.
Jeje....
"¡¡A ver si me explico!!"
Jeje.
Vamos a ver que le depara el tercer piso...
Besotes:Mar.
Me pregunto si el personaje, realmente, será tan interesante en rico en matices como se cree, para exigir sus trescientos folios...
Un abrazo, a mí hoy no me da tiempo a subir nada.
Pues sí Mar, el tercer piso en breve.
Ay, Susana cuánto me alegro que lo de Karenina gustara tanto.
bye
saludos, adoro tus letras!
Sigue Lynn...que nos lo das con cuentagotas
un beso
Eso ;)
Besos (y he actualizado ya, que estaba terminando de hacer el asunto)
Saludete.
Siga, siga, me tiene intrigado por ver el jefe del siguiente nivel.
Pues a leer, Leica
Su, espero no decepecionar con el paseíllo del personaje.
Tyler, hago lo que puedo, pero haces bien presionándome.
Pues, a ver, Jerjes, pasamosd de pantalla en breve.
Unas risas??, Deni, Pues, fenomenal causarlas con un par de palabras.
Perplejador en serie?? Habrá que considerar la oferta argumental, Betote?
Ay, Señor Groucho, de modo que Super Mario, pase mañana a ver cómo superamos la prueba.
De nada, Ara, un placer, de verdad.
Bueno, Kasi cuando vuelvas a lo mejor tienes trabajo amontonado.