EL KIT DEL PERIODISTA
-A éste, a este mismo -se dijo- Tiene todas las pintas de un hombre de acción, enterado y nutrido de la experiencia que da la vida. Esa barriga no se alimenta de comida sino de aventuras.
El periodisto le paró, arrinconó al vecino con su micrófono, insertándoselo en la panza como una vil espada, hacia la pared, hacia la contundencia de la no escapatoria, y empezó a desmadejar el ovillo de su cháchara:
-Bien, ¿Usted, quién es? En qué basa su día, a qué se dedica para seguir con vida sol tras sol? Su mujer está de acuerdo con su profesión? Dígame, no se calle, manifiéstese...
El vecino, un hombre de pueblo encorvado bajo una boina nostálgica, apoyado sobre un basto garrote seguramente confeccionado por él, se rascó tres veces el ángulo de la barbilla. Estaba callado, seguramente sorbiendo con perplejidad tanta mamarrachada vertida sobre sus oídos.
-Ah, un hombre callado -interiorizó el periodisto- uno de esos seres con las entrañas recubiertas de misterio y azares inconfesables.
-Pues yo... -balbuceó el hombre repentinamente- no estoy casado, soy viudo.
"Ah, por ahí, por ahí titularé" -pensó el admirado periodista que había dado caza a un pescado sublime- "Menudo banquete noticioso arrearé mañana a mis lectores, se rascarán los ojos, se pellizcarán y dudarán si este hombre tan prodigioso existe o yo me lo inventado para alcanzar la gloria periodística."
-¿Y dígame su viuda y usted eran felices? -el orgullo del periodisto hinchó sus mejillas que quedaron como un globo aeroestático, porque señores, el humilde hombrecillo iba a descubrir el quid de la felicidad.
-Bueno, a ratos...
-Sí, siga, por favor, no se guarde para sí tanta sabiduría, comparta con sus contemporáneos y generaciones futuras.
-Pues, a ratos, sí. Al principio ella estaba muy lozana y yo muy pletórico...
"Fenomenal, estO se está poniendo equis. Ya lo decía yo, el summun de la felicidad se halla ahí, en la conjugación de las almas"
-Todo el día, un eterno aferramiento, para ser finos -el hombre se apoyó más en su bastón, está demostrado, según conclusiones del experto periodisto, que recordar épocas felices agota, por ello el entrevistador arrimó su hombro al viejo.
-Pero después, ella se puso gorda por culpa de mis envites pasionales y convirtió nuestra casa en un paritorio.
"Ah, sí, sí, por supuesto los kilos hieren de muerte la libido y la sangre mancilla la felicidad. Cuánta sabiduría se apresta a salir por estos labios ajados".
-Y entonces... -siguió rememorando el hombre con un crujido de su sesera que estaba ya algo cansada de desenterrar datos.
-No, déjelo, suficiente caballero, ya dispongo de todo lo necesario para hacer una cumplida noticia, ¿su nombre, por favor? Bueno, da igual, citaré como fuente a un viejo que murió con 113 años y que me dedicó sus últimos gramos de saber antes de evaporar su alma de su momificado cuerpo.
El periodisto entonces guardó su grabadora, el cachivache quedó perfecto en su bolsa donde guardaba el kit de la profesión: grabadora, libreta, bolis a discreción con el logotipo de su medio, cintas vírgenes, pilas para solventar cualquier pasividad sobrevenida de la máquina de grabación, cámara de fotos para captar la noticia allá donde se produjera...
-Bien, bien, una última cosa, sólo será un momento -el periodisto lanzó un par de miradas con un halo de Jack el destripador al perímetro donde ambos se hallaban.
-Ras, ras, ras, y ras, ras -dijo el cuchillo que reincidía en las carnes sorprendidas y perplejas, por última vez en su vida, del viejo.
-No puedo permitir que alguien me robe la primicia -y el periodisto guardó el cuchillo, ya limpio y refulgente, entre las cosas de su kit de periodista.
La grabadora, la cámara de fotos, las cintas vírgenes, la libreta , los bolis con el logotipo de su medio,las pilas para solventar cualquier pasividad sobrevenida de la cámara de grabación... y el cuchillo garantizador de primicias.
El periodista y su kit se marcharon del escenario de la noticia.
El periodisto le paró, arrinconó al vecino con su micrófono, insertándoselo en la panza como una vil espada, hacia la pared, hacia la contundencia de la no escapatoria, y empezó a desmadejar el ovillo de su cháchara:
-Bien, ¿Usted, quién es? En qué basa su día, a qué se dedica para seguir con vida sol tras sol? Su mujer está de acuerdo con su profesión? Dígame, no se calle, manifiéstese...
El vecino, un hombre de pueblo encorvado bajo una boina nostálgica, apoyado sobre un basto garrote seguramente confeccionado por él, se rascó tres veces el ángulo de la barbilla. Estaba callado, seguramente sorbiendo con perplejidad tanta mamarrachada vertida sobre sus oídos.
-Ah, un hombre callado -interiorizó el periodisto- uno de esos seres con las entrañas recubiertas de misterio y azares inconfesables.
-Pues yo... -balbuceó el hombre repentinamente- no estoy casado, soy viudo.
"Ah, por ahí, por ahí titularé" -pensó el admirado periodista que había dado caza a un pescado sublime- "Menudo banquete noticioso arrearé mañana a mis lectores, se rascarán los ojos, se pellizcarán y dudarán si este hombre tan prodigioso existe o yo me lo inventado para alcanzar la gloria periodística."
-¿Y dígame su viuda y usted eran felices? -el orgullo del periodisto hinchó sus mejillas que quedaron como un globo aeroestático, porque señores, el humilde hombrecillo iba a descubrir el quid de la felicidad.
-Bueno, a ratos...
-Sí, siga, por favor, no se guarde para sí tanta sabiduría, comparta con sus contemporáneos y generaciones futuras.
-Pues, a ratos, sí. Al principio ella estaba muy lozana y yo muy pletórico...
"Fenomenal, estO se está poniendo equis. Ya lo decía yo, el summun de la felicidad se halla ahí, en la conjugación de las almas"
-Todo el día, un eterno aferramiento, para ser finos -el hombre se apoyó más en su bastón, está demostrado, según conclusiones del experto periodisto, que recordar épocas felices agota, por ello el entrevistador arrimó su hombro al viejo.
-Pero después, ella se puso gorda por culpa de mis envites pasionales y convirtió nuestra casa en un paritorio.
"Ah, sí, sí, por supuesto los kilos hieren de muerte la libido y la sangre mancilla la felicidad. Cuánta sabiduría se apresta a salir por estos labios ajados".
-Y entonces... -siguió rememorando el hombre con un crujido de su sesera que estaba ya algo cansada de desenterrar datos.
-No, déjelo, suficiente caballero, ya dispongo de todo lo necesario para hacer una cumplida noticia, ¿su nombre, por favor? Bueno, da igual, citaré como fuente a un viejo que murió con 113 años y que me dedicó sus últimos gramos de saber antes de evaporar su alma de su momificado cuerpo.
El periodisto entonces guardó su grabadora, el cachivache quedó perfecto en su bolsa donde guardaba el kit de la profesión: grabadora, libreta, bolis a discreción con el logotipo de su medio, cintas vírgenes, pilas para solventar cualquier pasividad sobrevenida de la máquina de grabación, cámara de fotos para captar la noticia allá donde se produjera...
-Bien, bien, una última cosa, sólo será un momento -el periodisto lanzó un par de miradas con un halo de Jack el destripador al perímetro donde ambos se hallaban.
-Ras, ras, ras, y ras, ras -dijo el cuchillo que reincidía en las carnes sorprendidas y perplejas, por última vez en su vida, del viejo.
-No puedo permitir que alguien me robe la primicia -y el periodisto guardó el cuchillo, ya limpio y refulgente, entre las cosas de su kit de periodista.
La grabadora, la cámara de fotos, las cintas vírgenes, la libreta , los bolis con el logotipo de su medio,las pilas para solventar cualquier pasividad sobrevenida de la cámara de grabación... y el cuchillo garantizador de primicias.
El periodista y su kit se marcharon del escenario de la noticia.
Comentarios
Saludete ;)
Me gustó...
Voy a tener que votarte...jeje ;)
Un saludo
Te dejo un saludo de mediodía.
Y que ya son las 2, y que voy a ver si como....para cuando vuelva, quiero 3 historias mas.
Tyler, pues no sé, supongo que si el masculino es o, y el femenino a, digo yo que siguiendo la lógica kafkiana femenina habrá que masculinizar la palabra?
Bueno, Kasi, pues muchas gracias, creo.
Ay, Jerjes, un placer ver tu careto inigualable, nunca te han dicho que tu cara es arte?
Te decía que si el ansia de conseguir una noticia puede llegar a hacer que se la inventen y la blinden. Me parece curioso cómo lo describes. Siempre me pareció que ser periodista no es cosa fácil, y más como anda el mercado laboral y los contratos precarios.
Me aprece una profesión muy linda. Eres muy afortunada.
Saludos.
muy buenas letras como siempre.
Saluditos!
Un saludo.
Tenemos el día malo hoy.
Llevo tres horas haciéndote el comentario. Esta vez en mi caso no es blogger. Es que te he escrito dos mil bobadas... y ninguna me encaja bien.
En definitiva: QUE AQUÍ PARECE QUE "CUALQUIERA SEMOS PIRIODISTAS",
sí.
Y que me gustan las cosas que dices.
Te dejo mil besos y gracias por las felicitaciones.
BEsitos:Mar.
saludos :)
Y yo me preguntaba entonces ¿por qué estaba tan seguro? Lo del momificado cuerpo, bueno, vaya y pase, que quizás lo había visto de plano muy traqueteado; pero eso de los últimos gramos de saber... y entonces uno ve salir el cuchillo y cortar el aire lo mismo que la barriga otrora amenazada por el micrófono; pero el filo alcanza a rasgar también a quien cómplice lee, dejándole de una pieza.
Atrás ha quedado el hombre descuajaringado y allá, doblando la esquina, va el periodisto con su kit a cuestas... lástima de él, una periodista ha visto todo y comienza a contarlo de tal modo que se antoja... bueno, que de seguro no faltará quien quiera también la primicia de un periodisto que trás entrevistar a una prominente y momificada barriga de 113 años...
Deni, pues nada, lo de periodisto es una diversión que me tomé que cada uno puede interpretar como quiera, faltaría más!
Gracias Persio, por lo de buenas, te devuelvo el saludo y después te visito.
Uf, Capi, a mi periodisto se le revuelven las tripas, él va de trascendente, ya sabes...
Uf, señor Groucho, cuánta imaginación le puso el periodista entonces...
leicca, me alegro de que te gusten mis cosillas.
Bueno, Mar, no te preocupes, hay pocos como este ejemplar, no creo que ninguno de los de tu alrededor lleve el cuchillo garantizador de primicias.
Jerjes, calla, que aún podemos patentarla...
Gracias, muchas gracias, Kasi, a ver cuando pongo algo nuevo sobre la mesa? Ando liadilla.
Chilanga, pues nada, veo y leo que te has currado un comentario a la entrada ancho y largo...Pues sí, todo un misterio.
Nada, nada, cosas mias...
Lástima que no tengan nada interesante qeu decir...
pero pon más... porfi...
que estos días hacen falta.
Espero que jamás te dediques al periodísmo político que es mas peligroso que los sucesos.
Besos y voto