ELLA Y ÉL

Miranda se observó en el espejo:
Su perfil ceñido prometía desbancar a las competidoras, quizás fuera un engaño porque aquello estaba tan hueco como un tambor, pero, a primera vista, colaban sus promontorios y a más de uno le evocaría una Sofía Loren taconeando por un pueblecito italiano...
Mario se observó en el espejo:
Su espalda parecía cuadrada, un inmenso parque de músculos agitándose con el vaivén de sus movimientos, nada de escuálida figura, hombros de risa y fuerza de hombre en entredicho.
Estaba satisfecho, sonrió.
Después, Miranda cerró la puerta de su casa, y salió moviendo las caderas, eran las campanas del pueblo anunciando las horas. Derecha a izquierda, izquierda, delante y detrás, sin orden ni concierto, un desbarajuste mareante, !qué condenada hora marcaba ese culo!
Mario enfiló el camino correcto, erguido, recto, un bastión de hombría con aquellos músculos apelmazados.
Se cruzaron, Mario miró a Miranda, y Miranda a Mario.
-Qué hombre más ridículo
-Qué mujer más ridícula
-Que no sabe que se nota demasiado
-Que no sabe que se nota demasiado
-Pobre hombre
-Pobre mujer
-Yo en cambio, voy perfecto, todas me miran, cómo se agitan los ojillos de las casadas de pura impotencia...
-Yo en cambio, voy perfecta, todos me miran, cómo se agitan los ojos de los hombres, ya les gustaría a ellos tenerme.
-Pero yo quiero una mujer soltera, para mí toda, y ponerle el anillo, si hace falta.
-Pero yo quiero un hombre, soltero o viudo, y que me ponga una casa....
-Ya está bien por hoy, me voy a casa, mañana volveré a lucirme con esto.
-Ya está bien por hoy, me voy a casa, mañana volveré a lucirme con esto.
Su perfil ceñido prometía desbancar a las competidoras, quizás fuera un engaño porque aquello estaba tan hueco como un tambor, pero, a primera vista, colaban sus promontorios y a más de uno le evocaría una Sofía Loren taconeando por un pueblecito italiano...
Mario se observó en el espejo:
Su espalda parecía cuadrada, un inmenso parque de músculos agitándose con el vaivén de sus movimientos, nada de escuálida figura, hombros de risa y fuerza de hombre en entredicho.
Estaba satisfecho, sonrió.
Después, Miranda cerró la puerta de su casa, y salió moviendo las caderas, eran las campanas del pueblo anunciando las horas. Derecha a izquierda, izquierda, delante y detrás, sin orden ni concierto, un desbarajuste mareante, !qué condenada hora marcaba ese culo!
Mario enfiló el camino correcto, erguido, recto, un bastión de hombría con aquellos músculos apelmazados.
Se cruzaron, Mario miró a Miranda, y Miranda a Mario.
-Qué hombre más ridículo
-Qué mujer más ridícula
-Que no sabe que se nota demasiado
-Que no sabe que se nota demasiado
-Pobre hombre
-Pobre mujer
-Yo en cambio, voy perfecto, todas me miran, cómo se agitan los ojillos de las casadas de pura impotencia...
-Yo en cambio, voy perfecta, todos me miran, cómo se agitan los ojos de los hombres, ya les gustaría a ellos tenerme.
-Pero yo quiero una mujer soltera, para mí toda, y ponerle el anillo, si hace falta.
-Pero yo quiero un hombre, soltero o viudo, y que me ponga una casa....
-Ya está bien por hoy, me voy a casa, mañana volveré a lucirme con esto.
-Ya está bien por hoy, me voy a casa, mañana volveré a lucirme con esto.
Comentarios
Muy bueno, Linn, sobre todo lo de las campanas, cuanta "maldad" descriptiva...
En cambio la apariencia de las mujeres sí es asunto de mi interés, concretamente sus... quiero decir... bueno, ya sabe a qué me refiero, ¿no?
Sí, sí, ya sé que la auténtica belleza esta en el interior. En el interior de la ropa, claro.
Algo de eso, Suzanne, de manera qué donde está el gusto? Y cómo tú, pienso que es un alivio que no exista la normalidad, creo.
Bueno, Groucho, qué sería de usted sin su bigote y su puro? Creo que la estética es vital para ese tremendo personaje que desempeña, menudo pico de oro...
La parte del diálogo (bueno, no sé si es un diálogo al uso) me ha encantado
A escribir!!
Besos
Muy humorístico el tema de hoy, me ha recordado a aquello que dicen de que lo más detestamos de los demás, es lo más característico de nosotros mismos.
(qué profunda me he puesto!!jaja pero es que me ha gustado mucho el post)
jejej, igual tu humor con cierto toque de maldad sienta muy bien, no hablo de lo fisico hablo de vernos de vez en cuando un poco todos, unirnos aunque sea en cruce de pupilas no?
saludos!
A veces, ese vivir según lo que creemos que nos está pasando nos infunde valor para hacer ciertas cosas que de otra forma no haríamos, pero en muchos otros casos, nos lleva al ridículo más espantoso.
Gracias por pasarte por mi página, y ¡¡joder!! no sabía que tengo publicidad. En mi ordenador no se ve, pero claro, no es significativo porque tengo veo el post-it ese de no te olvides de sonreír ni veo mis piernas al principio de cada post...
Pues nada, voy a seguir leyendo otro rato. Ficción o cultura ¿verdad? ;-)
Hola, ODHIOSA, me gusta oír que cada uno saca su conclusión del texto...
Eso que dice, pequeñoibán, no tengo idea. Habrá que verlo.
Nada, Persio, me alegra verte por acá, soltando tus visiones.
Susana, no me digas que no lo sabías? Vaya, te he llegado con la primicia.
saludos
Muchos besos Lynn y nos leemos luego.
Estaba a punto del sucidio concursero, es verdad. Sólo tengo que darle al "send", y hala, liberada del "hola, hola, hola, vota, vota, vota". Pero veo que hay gente que está requetebién por aquí, así es que aguantaremos la respiración y nos echaremos unas risas.
Te meto en mi saco de los números
y en mi saco de las lecturas.
Bueno, Mar, que te voy a decir me encanta que nos leamos, es un vicio confesable.
Y Leicca, la verdad es que me gustó la sinceridad de tu blog, y cómo lo captas todo Tienes alma de poeta. Nos vemos hoy también
Muchas gracias
Un abrazo. Span.
http://diarioprincesaletizia.blogspot.com/
Perdona, es que vengo medio alterado
Un besote, Lynn, guapísima
KSNDR
(hay una de la Roja para ti en donde dejaste el comentario ayer... pero no te preocupes en realidad es para mí... ya te aviso cuando me la digiera... pero también es sobre las apariencias)
Bss Lynn...