LA COMBINACIÓN PERFECTA


El político entró en la sala. La mirada seria, un repaso a la concurrencia, como un militar inspeccionando a sus ejércitos. Miró su sillón, y fue a sentarse.
Pronto quedó como un ángel con la aureola del tapiz rojo del respaldo sobresaliendo tras su figura. Quedaba bien con la sala, sobre todo con el sillón, combinaba con el cargo, su boca hacía juego con el micrófono nuevo y orondo situado ante él para engrandecer cada una de sus palabras, para que ningún oído se quedara sin percibir su clamor sabio.
Sentado allí tuvo un par de minutos para examinar a su público.
Primero al de la derecha. Uno nuevo. ¿Quién será?-se preguntó- Vendrá a quejarse. Le echaré si osa. Tiene pinta de sorprendido, seguro que es un votante. Le sonreiré ante la duda.
El político sonrió, como un cachivache de sonrisas automáticas en estado de pruebas, la contrahecha sonrisa asustó al asistente, que miró hacia atrás empeñado y esperanzado en que aquello tuviera otro receptor.
Después, el político se fijó en otra persona, una chica en el centro que leía un libro.
¿Un libro? -pensó poniéndose rojo de tanto pensar- ¿Y qué clase de libros se leerán en mis dominios? No puedo permitir cualquier cosa, puede ser una obra escrita en mi contra, o quizás escrito por uno en mi contra.Da igual, no puedo permitir esos actos intelectuales, mi poder empieza aquí, desacato en mi propia casa.
Así que el político se levantó, y empezó a rondar el perímetro de la lectora. Los brazos atrás, la mirada apostada en los cuadros y el gesto de despiste de un experto en tirones de bolsos.
Tenía que leer la portada, que estaba cabeza abajo, prácticamente haciendo el pino en las manos de la chica que leía y leía, mientras él se sentía un analfabeto incapaz de leer el título de la obra.
De modo que se puso a recolocar las sillas, para concederse el tiempo necesario para fraguar un plan.
Finalmente, se agachó para buscar una moneda y empezó a convulsionar su culo debajo de las sillas, haciéndolo asomar entre las filas como NESSI, el monstruo del lago ness.
Nada, la chica guardó el libro antes de que él pudiera siquiera leer el nombre de la editorial hereje.
Se levantó, la sesión iba a empezar.
El político se sentó, turno de entonar su apertura, pero estaba mudo, el tapiz rojo del sillón chirriaba con su jersey rosa, su boca era un rallajo de niño de dos años sobre su rostro, y su voz sonaba horrible en cuanto traspasaba el umbral del micrófono.
De qué iba ese libro, qué infamias decía sobre él...
-Los presupuestos...yo... este año...
La chica le miraba.
-Yo, no sé. yo sólo quería -las lágrimas le subieron a los ojos- Yo sólo...
Decidió mirar a otro asistente, se fijó en un hombre sentado en primera fila.
-¡Dios mío! Escribe, y qué estará escribiendo si yo no estoy diciendo nada...
-Uno escribe, otro lee... -dijo sin saber que lo hacía para todos los públicos y no sólo para su mente aturdida.
-Exactamente, uno escribe, otro lee -corroboró alguien de la oposición.
El político le miró intensamente, desgranando cada uno de sus gestos y ya sufrió el último extravío.
-Fuera de la sala, por transgredir el orden y conspirar -gritó como un loco que cree recuperar la cordura.
El "alguien de la oposición", después de patalear con su verbo durante cinco minutos seguidos, fue retirado como un simple mueble molesto, y el político empezó a sentir de nuevo que su persona combinaba con el poder.
Pronto quedó como un ángel con la aureola del tapiz rojo del respaldo sobresaliendo tras su figura. Quedaba bien con la sala, sobre todo con el sillón, combinaba con el cargo, su boca hacía juego con el micrófono nuevo y orondo situado ante él para engrandecer cada una de sus palabras, para que ningún oído se quedara sin percibir su clamor sabio.
Sentado allí tuvo un par de minutos para examinar a su público.
Primero al de la derecha. Uno nuevo. ¿Quién será?-se preguntó- Vendrá a quejarse. Le echaré si osa. Tiene pinta de sorprendido, seguro que es un votante. Le sonreiré ante la duda.
El político sonrió, como un cachivache de sonrisas automáticas en estado de pruebas, la contrahecha sonrisa asustó al asistente, que miró hacia atrás empeñado y esperanzado en que aquello tuviera otro receptor.
Después, el político se fijó en otra persona, una chica en el centro que leía un libro.
¿Un libro? -pensó poniéndose rojo de tanto pensar- ¿Y qué clase de libros se leerán en mis dominios? No puedo permitir cualquier cosa, puede ser una obra escrita en mi contra, o quizás escrito por uno en mi contra.Da igual, no puedo permitir esos actos intelectuales, mi poder empieza aquí, desacato en mi propia casa.
Así que el político se levantó, y empezó a rondar el perímetro de la lectora. Los brazos atrás, la mirada apostada en los cuadros y el gesto de despiste de un experto en tirones de bolsos.
Tenía que leer la portada, que estaba cabeza abajo, prácticamente haciendo el pino en las manos de la chica que leía y leía, mientras él se sentía un analfabeto incapaz de leer el título de la obra.
De modo que se puso a recolocar las sillas, para concederse el tiempo necesario para fraguar un plan.
Finalmente, se agachó para buscar una moneda y empezó a convulsionar su culo debajo de las sillas, haciéndolo asomar entre las filas como NESSI, el monstruo del lago ness.
Nada, la chica guardó el libro antes de que él pudiera siquiera leer el nombre de la editorial hereje.
Se levantó, la sesión iba a empezar.
El político se sentó, turno de entonar su apertura, pero estaba mudo, el tapiz rojo del sillón chirriaba con su jersey rosa, su boca era un rallajo de niño de dos años sobre su rostro, y su voz sonaba horrible en cuanto traspasaba el umbral del micrófono.
De qué iba ese libro, qué infamias decía sobre él...
-Los presupuestos...yo... este año...
La chica le miraba.
-Yo, no sé. yo sólo quería -las lágrimas le subieron a los ojos- Yo sólo...
Decidió mirar a otro asistente, se fijó en un hombre sentado en primera fila.
-¡Dios mío! Escribe, y qué estará escribiendo si yo no estoy diciendo nada...
-Uno escribe, otro lee... -dijo sin saber que lo hacía para todos los públicos y no sólo para su mente aturdida.
-Exactamente, uno escribe, otro lee -corroboró alguien de la oposición.
El político le miró intensamente, desgranando cada uno de sus gestos y ya sufrió el último extravío.
-Fuera de la sala, por transgredir el orden y conspirar -gritó como un loco que cree recuperar la cordura.
El "alguien de la oposición", después de patalear con su verbo durante cinco minutos seguidos, fue retirado como un simple mueble molesto, y el político empezó a sentir de nuevo que su persona combinaba con el poder.
Comentarios
Yo, por aquello de que alguien me vea, mejor en el de fotos, que estoy "más visible" porque estoy más arriba.
Un saludo.
Será eso lo que se les pase a los políticos por la cabeza??...no creo q a todos, pero a alguno seguro.
bye
Lynn, el relato me ha traido a la mente una imagen de Julián Muñoz en plan "!ajá estos son de aqui hay tomate!".
A lo mejor el libro no era libro y era una de esas revistas del corazón no?
Muchos besitos: Mar.
p.d: No veo que me tengas en tu blogroll :(
Vas genial en las votaciones ¿ehhh? si de mí depende, seguirás igual de guay hasta el final ;-)
De todas maneras cada uno que lo interprete como quiera. Pero prefiero el libro, y ya puestos a pedir, un clásico, algo así como Dostoievsski, Zola, Balcac, Huxley o Italo Calvino, ya sé que ya no son clásicos.
Buenos días, Jerjes, ¿Qué tal día hace en Madrid? Dímelo porque dentro de dos semanas voy para allá...
Alicante amaneció soleado, lluvia, lluvia,lluvia!!!
Bueno, Su, me intrigas, de donde procedes? el su no me lleva a ninguna parte por mucho que lo pincho, gracias por leerme, de veras, muchísimas. Cuando leas algo que no te guste demasiado me lo chivas que la autora no se cabrea.
Muy bien la narración y el grado de suspense a la busca del final.
Me tienes en
http://territoriocervantes.blogspot.com
http://www.enunblog.com/Aguirre
Un saludo
igual siemrpe el peor despiste cae sobre nosotros, pero ellos ahí están en pleno vacío alfabetico y moral!
Saludos!
Un saludo.
Tengo una postal (que no recuerdo bien de donde la saqué) en el lugar donde habitualmente me pongo a escribir y que, a modo de advertencia, dice cuidado con lo que escribes en la parte inferior de una cajetilla, que recuerda a las del tabaco. La foto se completa con unos lápices sobresaliendo de ella, haciendo las veces de pitillos.
La literatura es un virus peligroso, adictivo y contagioso. Menos mal que el poder y la política sólo cumplen dos de estas características.
Gregorio Verdugo ya fui a tu blog, pero no leí nada porque no tengo ahora mismo el tiempo para leerte debidamente, pero vuelvo en cuanto tenga algo que será pronto, hoy desde luego.
Entonces... Persio, tú piensas que estaba leyendo un libro?
Bueno, Betote, tú si quieres un genio de las actualizaciones. Eres un espejo en el cual mirarnos todos los bloggers, ya de buena mañana tienes colgado algo.
Peligroso y contagioso, supongo, no, buen salvaje?
Dice mucho. Ahonda.
Me gusta el final.
Me estás haciendo pensar.
¿Me sentará mal?
Vas como una moto en el concurso :)
Kasi, me voy fluctuando virtualmente hacia tu blog, y bueno... si te hago pensar...creo yo que...
Besos
Tanto click no puede ser casual... Yo creo que el intento de dominar el mundo en Jerjes es real. Nos quiere a todos aquí metidos, click, click, y él disfrutando de los animalitos del campo, las piedras, el mar, las flores, sin tanta gente.
Un saludo. Pasadlo bien.
por cierto, escribes demasiado rapido. no me da tiempo de leerlas todas. pero ya sabes, quien mucho escribe al final se obsesiona y escribe birrias. espero que no te pase...
y algo Muy Superficial. Que libro leia, si es que tenias alguno pensado? podrias hacer otra historia que contase lo que pasaria li lo hubiese visto.
Respecto de la crítica, entiendo que tiene razón en algunas cosas y que debo aprender, por ese motivo me alegro de haberla recibido, como ya respondí esta mañana en el foro.
En cuanto al blog de En Tierra Firme, yo tampoco creo que sea el mejor ejemplo a seguir en cuanto a buena literatura, por lo que sigo apoyando este blog, por eso no te preocupes.
Saludos, Denisa.
Un saludo.
le he hablado del complejo de analfabeto a alguien en otro blog. Sería curioso...
Ya nos enteraremos.
Un besote.
Mañana te voto con los primeros píxeles encendidos del monitor, con el primer suspiro de la fuente de alimentación,
con la brisa primera de internet,
el primer aullido del skype, el primer mensaje del emule diciendo que no puede conectarse.
buenas noches
luego te veo.
un beso.
Es peligrosa y adictiva.
Peligrosa por el daño que hace a los ciudadanos cuando no se piensa en servirles, que es de lo que se trata.
Y Adictiva porque el poder corrompe como el anillo único.
Un saludo.
Llegué fluctuando :)
Bss de mediodía..
¿Hoy no hay artículo?
A la noche me doy una vuelta por aquí...
Votito y compormiso de volver por aquí.
Saludos.