EL AVIADOR DE LOS SUEÑOS
El chico quería ser aviador, nada de piloto, sino aviador. Esa profesión romántica, de ensueño, que permite que rasgues su superficie de algodón con sólo asomar la mano por la ventana. Pero, después, estaba el gran escollo, lo que el padre meditaba para el hijo. - Yo quiero ser un Saint Exupéry . Viajar por los cielos, y sentarme, luego, a garabatear mis sueños en las cuartillas y, por supuesto, morir estrellado en alguna duna arenosa y gigante que surge, de repente, para prestarme su lecho de playa. Pero el " pater "no entendía a los principitos , jamás lo había leído, e ignoraba que había planetas así de minúsculos, que los recorres con un paso, que tienen una luna por lámpara, y un par de estrellas por espías. De modo que el aviador, a pesar de que ya andaba pertrechado en su chaqueta de cuero -con una águila dibujando un vuelo en la parte trasera- y las botas asesorando a sus pies sobre el mejor camino para seguir a los sueños, pues a pesar de todo eso, el ch