El tal Hob

Los tres con la mirada enmarañada y amnésicos, de modo que ni ellos mismos sabían quién de los tres era O., H., o B.
Se escudriñaron porque pensaban que las pistas nunca están a la vista, sino dentro, hundidas en la oscuridad, en los recovecos del castillo con telarañas que era su indumentaria
-Madre mía, ese sombrero es demasiado trasnochado, nos van a mirar todos, bájatelo de la sesera y a ver si encontramos una tienda donde suavizar nuestro desfasamiento- dijo, echando miradas desconfiadas el que estaba casi seguro de que era Orwell.
Hob (Hux.Orw. yBrad. pues podrían haber formado un ente así denominado, ya que ignoraban quién era quién) echó a andar con paso irregular. Un trío mal ensamblado que, sin embargo, babeaba por los mismos trajes de chaqueta expuestos en los escaparates de las tiendas más refinadas.
-¿Y por qué crees que tú eres Orwell?
-¿Te viene mal que lo sea? Tengo que serlo, mira a toda esta gente... me sube un no sé qué instinto de que me están espiando. Y ya sabes... -el presunto O. descendió la voz, arrastrándola por las trincheras hasta los oídos de su interlocutor.
-Ya, el Gran Hermano te vigila.
De modo que, tras esta reseña sobre sus temores, quedó adjudicada la identidad de Orwell al paranoico personaje.
Hb, y Orwell erraron por un par de calles más. Las avenidas marchaban vacías, de vez en cuando moqueando algún coche.
Entraron en una tienda, y salieron preciosos para un fotomatón, o una foto de esas que cae impertinente desde la cámara de algún turista.
-¿Y bien...? Habrá que aclarar quién es Bradbury y quién es Huxley -se puso serio el tal Orwell.
-Pues yo creo que soy Huxley, a veces me vuelvo ininteligible, pero tengo pasión por el alfabeto griego. Y ya se sabe... los individuos alfa, los beta y los épsilon de mi adorado "Un mundo feliz".Eso me delata como H. -soltó satisfecho de tener un nombre ante el cual responder.
Huxley, y Orwell echaron miraditas a B. No le quedaba más remedio que asumir por descarte su personalidad, y empezar a entrechocar su pecho orgulloso con los transeúntes y decirles "Oh, perdone, soy Ray Bradbury".
-Bien, me parece bien. Al fin y al cabo eso significa que, de los tres, soy el único que está vivo. Eso me caracteriza como Bradbury.
Y B. quedó solo en el siglo XXI pensando que una vez dos muertos le dijeron que su sombrero estaba desfasado.
Comentarios
Besos.
SALUDOS
Sí, me gusta, aunque me desgasta, te lo recomiendo, pruébalo un día, Deni.
Osados todos, creo, Persio.
A mí, también, me gustaba mucho el color caqui, Tootels, te entiendo perfectamente.
Mira a ver si un dia invitas a Lovecraft y ya están todos.
Un abrazo.
Lenina