LA CAMPANA DE MADERA

Don Henry Miller siempre paseaba con la bragueta abierta, así, ella podía otear por el hueco. Siempre ojo avizor a las damas y sus aparatos reproductores. La campana del trabajo siempre sonaba y, después, H.M. escribía unas parrafadas, algunas mágicas, otras incoherentes, sobre el momentazo que había procurado a su prospector de mujeres.
No era malo el tal Miller encadenando ideas, palabras, y construyendo un par de edificios de letras (denominados libros) y luego mezclando Nueva York y París, dos ciudades de hierro postrada cada una en un continente, porque en el mismo no podrían convivir.
Pero Miller no tenía imaginación, era un egocéntrico y, a veces, se cachondeaba del lector con párrafos que, si no eres él, no puedes entender.
-Aunque mira he creado adeptos, imitadores de mi prosa y de mi vida.
Habla Miller, se ha bajado el sombrero de la cabeza, y restriega en mis ojos una sonrisa de aturdidor de mujeres.
Yo replico:
-Sí, sí, los conozco, no diré nombres, pero los he visto y leído copiando al dedillo cada bajada de bragueta, y convirtiendo su vida en la novela. Pero, al menos, tú tocabas el piano, y eso se notaba cuando escribías.
No todo el mundo, cuando lo lees, puede hacerte soñar con un piano en medio de una noche de juerga de veinteañeros, así, dejando que su sonido se oiga tras la balconada donde una corbata se afloja y el fuego de un cigarro baila como una estrella en una mano.
No todo el mundo lograría convertir su vida en una novela, pero él lo hizo, y todo lo demás (imitarle) es como intentar crear campanas de madera. Trata después hacerlas sonar y verás que nadie las puede oír.
No era malo el tal Miller encadenando ideas, palabras, y construyendo un par de edificios de letras (denominados libros) y luego mezclando Nueva York y París, dos ciudades de hierro postrada cada una en un continente, porque en el mismo no podrían convivir.
Pero Miller no tenía imaginación, era un egocéntrico y, a veces, se cachondeaba del lector con párrafos que, si no eres él, no puedes entender.
-Aunque mira he creado adeptos, imitadores de mi prosa y de mi vida.
Habla Miller, se ha bajado el sombrero de la cabeza, y restriega en mis ojos una sonrisa de aturdidor de mujeres.
Yo replico:
-Sí, sí, los conozco, no diré nombres, pero los he visto y leído copiando al dedillo cada bajada de bragueta, y convirtiendo su vida en la novela. Pero, al menos, tú tocabas el piano, y eso se notaba cuando escribías.
No todo el mundo, cuando lo lees, puede hacerte soñar con un piano en medio de una noche de juerga de veinteañeros, así, dejando que su sonido se oiga tras la balconada donde una corbata se afloja y el fuego de un cigarro baila como una estrella en una mano.
No todo el mundo lograría convertir su vida en una novela, pero él lo hizo, y todo lo demás (imitarle) es como intentar crear campanas de madera. Trata después hacerlas sonar y verás que nadie las puede oír.
Comentarios
Así que me voy directamente a los párrafos de sexo.
Normal, Groucho, normal, algunos son auténticas tomaduras de pelo, yo creo que ya he leído todo lo que tenía que leer de Miller, además a veces no sé si me he leido nexus, y sexus, o los dos, o si también plexus, y los trópicos no sé cuál es el que pasa en París, y cuál en Nueva York. El de Nueva York me gustó mucho más, eso lo tengo claro. Y Primavera negra ya no sé ni de qué iba.
Saludos
Dicho esto,creo que en cierta etapa de la vida hay que leerlo. Más adelante habrá ocasión de celebrar la existencia con Whitman, pero no deja de ser formativo.
Retomando lo que dice tootels, en esa lista de guarretes yo prefiero bukowski, que tampoco me parece buen novelista, pero es más desolador.
(párrafos de sexo: en trópico de capricornio es desternillante el del "polvo egipcio", seguro que lo recordáis. jo, que risas y que tiempos...)
Un saludo desde este exilio que pinta tan mal. Hoy màs que nunca estàn locos estos gabachos!
Un besote!
¿Te has leído "las partículas elementales", Rodia? Ay, yo no pude, lo tengo ahí, muerto de risa. Me quedé con "ampliación del campo de batalla", pero creo que probaré con "plataforma". Por cierto, ¿Babylonia es tu nuevo blog?
A los catorce??, qué precoz, Vade, si te digo lo que leía yo a los catorce...
Su, tiene un par de novelas entendibles, eso sí de los párrafos tomadura de pelo no se escapa nadie, creo que era sexus el más entendible.Pero no sé porque se me confunden.
Vavylonia es un blog a cuatro manos, así que no tiene ni pies ni cabeza, pero bueno. (las entradas mias son las más serias;-))
A cuatro manos? como un piano?
Ampliación al campo de batalla me lo he leído hace relativamente poco. Me dio un poco lo mismo, podría haber pasado sin leerlo, ni me aportó nada, ni me resultó insoportable. Me entretuvo, es fácil de leer.
Y bueno, imitadores hay de todo lo que pueda existir, es normal... yo estoy esperando a que me surgan los míos. También confudiste dibujos míos con los de Moebius, por cierto! ;)