El ponche de los deseos

La última entrada del año, y hoy, según Michael Ende, es el día del ponche de los deseos. La víspera prefecta para cocinar un ponche de ingredientes inverosímiles...
Yo hoy sólo quiero cocinar un remedio para esta garganta asediada por un virus incapaz de desatar un resfriado, pero, también, incapaz de largarse con sus dolores al tragar hacia otra pista o chimenea donde se celebre la Nochevieja. Porque... aquí no va a suceder nada de eso.
Aunque, estoy harta de decirlo y las entradas de abajo reproducen la idea: Estoy terminando mi novela. Aunque es difícil porque la decoración y el orden de los muebles, esos palabros que rellenan mi casa literaria, me obsesionan...
Da igual, a todos los Papá Noeles que caen por esta chimenea:
Feliz año, dicen que en 2008... sucederá.
Comentarios
Hay cosas que funcionan mejor con paciencia y buena letra, a veces desatándose apasionadamente, como las palabras, pero sabes que sucederá.
Feliz año.