Bancos de terminal
Los bancos se mueven para facilitar el camino a la comodidad. Alrededor se expanden los olores fabricados en serie por la american fast food . Cuesta reconocer al filete bajo ese edredón de salsas, patatas y verduras transgénicas , pero ahí está la comida y ese estómago a punto de recibir el primer balazo. Yo me estiro, me pongo cómoda, a mi lado sonríe el futuro esposador , y los aviones arrancan en la pista, rápidos y estresados , como conejos de Alicia en el país de las maravillas. El suelo enmoquetado de la terminal sirve de hangar de maniobras para los virus y bacterias que trapichean por el recinto, encantados con la costumbre americana de alfombrar la vida. Porque no hay forma de pisar mármol, parquet o manisas ... todo huele a hogar, a moqueta pisoteada por huestes de soldados camino de Irak . Pero es América y las sonrisas son más abundantes... Hay stock de simpatía y amabilidad siempre ejercitándose en las bocas de los americanos, cuyo lema es el " How are