Bancos de terminal

Los bancos se mueven para facilitar el camino a la comodidad. Alrededor se expanden los olores fabricados en serie por la american fast food. Cuesta reconocer al filete bajo ese edredón de salsas, patatas y verduras transgénicas, pero ahí está la comida y ese estómago a punto de recibir el primer balazo.
Yo me estiro, me pongo cómoda, a mi lado sonríe el futuro esposador, y los aviones arrancan en la pista, rápidos y estresados, como conejos de Alicia en el país de las maravillas.
El suelo enmoquetado de la terminal sirve de hangar de maniobras para los virus y bacterias que trapichean por el recinto, encantados con la costumbre americana de alfombrar la vida. Porque no hay forma de pisar mármol, parquet o manisas... todo huele a hogar, a moqueta pisoteada por huestes de soldados camino de Irak.
Pero es América y las sonrisas son más abundantes... Hay stock de simpatía y amabilidad siempre ejercitándose en las bocas de los americanos, cuyo lema es el "How are you?".
Es julio, pero hace frío..., el aire acondicionado deprava y pervierte el verano que no se siente más que en el calendario.
Y aunque estoy en EE.UU., resulta que voy a ver a la familia...
Comentarios
Esta bien eso de tener raíces extranjeras. Abre la mente y el entendimiento.
Por no hablar de que el mestizaje (por así llamarlo) normalmente produce seres humanos especialmente buenos y comprensivos.
¿Me he ido por las ramas? ¿se me ha ido la pinza mucho? tal vez...
Saludos salvajes.
Saludetes de reencuentro, Raúl.
Creo que algún día tendremos que conocernos debidamente, buen salvaje, ya sabes un face to face en familia, tú con tu señora esposa y niña y yo con mi futuro maridito.
Saludos
Puede que incluso nos conozcamos ya jejejeje
Mis niñas están muy bien, gracias. Una creciendo feliz y la otra... ¡también creciendo! porque en diciembre tenemos a nuestra segunda hija.
Yo creo que nos hemos vuelto locos. No sé que va a ser de nosotros a partir de ese nacimiento.
Saludos salvajes.