Mi mente anda en el Big Sur de Henry Miller

Me llega un olor a chuletas. A una fritanga con el tomate de protagonista (no hay tomillo en su maceta capaz de noquear esa fritanga) y el sonidillo en la lontanza auditiva de un afilador anunciando sus servicio. Estoy en la terraza. En un septiembre en las últimas, con el sol todavía corriéndose juergas en mi termostato y recalentando las paredes de mi nido conyugal. Me siento como Henry Miller en su Big Sur , aunque el mío es mental. Sí, me hallo en un Big Sur mental con ganas, con muchas ganas de pleitear con la prosa. En breve me regodearé con Bolaño . Descanse en paz su espíritu, pero no su obra. A esa no hay que desearle un D.E.P., ni un anglosajón R.I.P. A ésta hay que decirle que se corra botellones en la mente de media humanidad, que escancie su imaginación en las almas de sus lectores... Me siguen llegando bocanadas de pueblo "septiembrero"; metido en la faena diaria, preparando el pienso del mediodía y yo aquí, en mi t