No estás en la lista
Muchas distopías están subiendo últimamente a escena. Una especie de apuntador las organiza para que hagan su entrada triunfal, sobre todo las que hablan de pandemias y apocalípsis víricos.
Algunas de las que pertenecen a ese género hace tiempo que abandonaron los estantes de las librerías dedicadas a las distopías y han ascendido a realidad apabullante. Los galones se los concedieron en China. Al resto del mundo nos ha tocado transigir. ¡Qué se le va a hacer!
Pero a Guillermo Baeza eso le importa un carajo y pasea con su boca a la intemperie, sin la tienda de campaña de la FPP2, ni siquiera la higiénica. Nada. Sus labios y nariz permanecen al raso aunque las miradas le atosigan. Nadie quiere decirlo, pero todas se mueren por endilgarle la mascarilla, pero no hay nada que hacer. Baeza no se enmienda y sortea el vendaval de miradas airadas con la convicción de los suididas. Sí, ha decidido morir y por eso le ha puesto la alfombra roja al bicho. Quiere que acceda a su morada, así que nariz y boca se apresuran a buscarlo.
Pero Guillermo Baeza lleva meses así pero el bicho no se digna a reclamarlo. Baeza ha puesto rumbo a las ciudades más enfermas, ha rondado los bares, se ha apoltronado en los espacios cerrados y mal aireados durante horas e incluso anduvo entre discotecas a sus 60 y muchos años. No obstante, el virus pasó de largo. El buen hombre no está en la lista. No hay forma. La muerte tiene sus normas y no hay manera de colarse en la fila.
Así que Baeza saca algo del bolsillo. Es la ansiada mascarilla. Se la coloca. Ha decidido esperar pacientemente a que alguien ponga su nombre en la lista.
Comentarios
Me ha gustado mucho tu entrada. Un saludo.
Respecto a lo que comentas en otro post, se trata de las votaciones del concurso de blogs de 20Minutos. Ha llovido mucho desde aquello: ¡2006!
Un saludo.